Como décimo signo del zodíaco, Capricornio representa la décima etapa en la evolución del hombre de las cosas, Capricornio puede ser culpable de dictar o hacer cumplir las normas que ellos mismos y su lugar en el universo. Después de haber ganado el poder y control a través de las emociones y el conocimiento en Escorpio y Sagitario, Capricornio busca el control en virtud de la autoridad. Toda autoridad es dada por su control de las normas y reglamentos que la sociedad civilizada acepta y con los que debe cumplir para poder progresar. A pesar de su preocupación por la legalidad o la conveniencia no siguen. Cegados por su propia ambición, y obsesionado con sus objetivos, adoptan la filosofía de que el fin justifica los medios.
Capricornio es hacendoso. Se propone hacer las cosas y está decidido a triunfar de una manera u otra. Por naturaleza, son los ejecutivos y directivos. Ambicioso y pragmático, y orientado a objetivos, aprende a hacer las cosas. La cabra montesa es un símbolo apropiado para este signo astrológico ya que el paso seguro, el ascenso metódico a la cima es el objetivo principal de las personas de Capricornio. Ellos aspiran a posiciones de poder y autoridad, y admiran a aquellos que alcanzar tales posiciones. Iniciativa y disposición para aceptar responsabilidades son claves para su éxito. Queriendo ser admirado y respetado, no quieren parecer débiles o ineficaces. Este falso orgullo hace que sea difícil para ellos admitir cuando se equivocan o pedir ayuda a otros. A pesar de que compiten agresivamente por lo que quieren con seguridad aparente, albergan una falta de confianza interior que les hace estar a la defensiva. Viendo la inseguridad y el miedo como una debilidad, en su inte
nto de ocultar esos sentimientos, hacen difícil para otros que puedan acercarse a ellos. Cuando son niños tienen una madurez inusual. Tienen prisa para participar en el mundo de los adultos y, a menudo se llevan mejor con los niños